miércoles, 6 de abril de 2011

3. ANÁLISIS DE LOS MANUALES

3.1. Décadas del ‘60 y ‘70
3.1.1. Castellano actual
Casi una década después de la publicación de La Gramática Estructural en la escuela primaria (1965), libro en el que la autora, Mabel V. Manacorda de Rosetti había tomado como eje mayor de estudio de la lengua a la oración, se edita Castellano Actual (lenguaje y comunicación). En este texto ya no se toma a la oración como máxima unidad de análisis de la lengua, sino que se hace referencia al lenguaje como un instrumento de comunicación.
Hablar o escribir significa que un emisor (hablante) construye un mensaje para que un receptor (oyente) lo interprete. El receptor leerá o escuchará el mensaje, según se trate de comunicación oral o escrita (p. 8)
. La autora enfatiza que para manejar con seguridad una lengua no sólo debemos conocer las unidades: hay que saber cómo se combinan.
El circuito de la comunicación presentado es similar al propuesto por Jackobson, de quien sí se tomará al pie de la letra las funciones del lenguaje.






Este es el de la autora:

R referente


E M R

Hablar
Escribir C Código Escuchar / Leer



En este esquema no se plasman algunos conceptos en los que la autora ahonda al explicar el esquema. Menciona conceptos como denotación, connotación y marco de referencia.
Todo lenguaje tiene un significado directo o literal, llamado también denotativo; apunta directamente a una realidad o referente. Pero puede tener un significado connotativo, indirecto, sugerido. (p. 9)
Hay un concepto que, si bien no lo incluye en el sistema de comunicación, lo señala como fundamental para que se logre una buena comunicación.
Para que un mensaje sea bien entendido, tanto en su primer significado (denotativo) como en el segundo (connotativo, si éste se presenta), es necesario que el emisor tenga en cuenta el marco de referencia cultural del receptor; es decir sus conocimientos básicos, sus gustos, sus ideas, su sistema de valores (p.9).
Conceptos como el de competencia y contexto de emisión y recepción no son mencionados, aunque podrían sobreentenderse.
Mabel V. Manacorda de Rosetti dice que las funciones del lenguaje son: referencial, expresiva, activa, fática, metalingüística, poética.
Define a la función emotiva como aquella en la que el emisor pone de manifiesto emociones, sentimientos, estados de ánimo, etc. La función conativa es la que se centra en el receptor o destinatario, puesto que el emisor pretende que el oyente actúe en conformidad con lo pedido, ya sea a través de órdenes, ruegos, etc. La función referencial es la que se centra en el contenido y se encuentra esta función generalmente en textos informativos, narrativos, etc. La función metalingüística se utiliza para referirse al código mismo. La fática se centra en el canal, que es el medio utilizado para el contacto. La función poética hace hincapié en el mensaje, que busca producir un efecto emotivo en el destinatario.
Los conceptos de Comunicación integral y semiología se exponen de manera sucinta. La Comunicación abarca cuatro medios de comunicación: la prensa escrita, la radio, el cinematógrafo y la televisión.
Para la autora, el cine se caracteriza por tener tres tipos de mensajes: “representaciones visuales”, “mensaje lingüístico” y “sonido.”
En su descripción de la televisión, explica con mayor detalle lo que quiere decir con representación visual y esboza una tipología, al dividir las producciones como “En vivo y en directo” y “Reproducción”. Dice que además la televisión combina también “sonido” y “mensaje lingüístico”, con la publicidad, las explicaciones, los diálogos:

En varias ocasiones, a lo largo del texto, aparece el concepto de contexto aunque no se lo mencione:
Para comunicarnos con eficacia es necesario, por lo tanto, saber leer y utilizar las distintas señales lingüísticas y no lingüísticas, que en el mundo actual se presentan integradas, complementándose y ofreciendo una visión amplia, detallada y significativa de la realidad. (p. 12)
Bajo el subtítulo “tipos de representaciones”, dice:
Estamos hoy rodeados, acechados, por representaciones (o imágenes) visuales, por imágenes auditivas (sic): la propaganda, los carteles luminosos, las señales de tránsito, la música funcional. La cultura del libro se ha complementado con la cultura audiovisual. Es necesario atender a todos los signos de comunicación actual e interpretarlos con acierto, ya que la palabra escrita o hablada, como hemos visto, se combina con otros recursos […] Pero no olvidemos que el lenguaje, la palabra, es el más valioso, el más rico, el más afinado de todos los sistemas, y que su manejo implica un alto desarrollo de la capacidad para abstraer, un entrenamiento eficaz del pensamiento
Se itera en varias oportunidades, a lo largo del texto, que la comunicación lingüística utiliza como complementos y refuerzos señales no lingüísticas, como los gestos, signos visuales, auditivos y otros.
La autora realiza un cuadro sobre las “principales representaciones visuales o audiovisuales que nos ofrece la comunicación masiva”:

En la página 15, se esboza una definición de semiología: dice que la semiología, en su sentido más amplio, “se ocupa del estudio de la distintas señales o signos de comunicación (saludos, señalización, historieta, cine, TV, etc.)”. Y que la lingüística sólo abarca uno de los sistemas: el lenguaje.
En un apartado titulado la “Gramática actual”, la autora anuncia que en el manual se trabajará en dos direcciones: una, que va de la oración a las unidades menores, y la otra, de la oración a las unidades mayores.
Las operaciones en el campo de la sintaxis muestran la relación entre lengua y discurso: las combinaciones de unidades de la lengua (oraciones) producen trasformaciones en el discurso (p. 20)
También lleva a cabo, bajo el subtítulo “El análisis de textos”, una tipología que divide a los textos en informativo o literario. El informativo, dice, “comunica hechos, ideas, situaciones, en forma objetiva” (p.35). Éstas son otras de las características:
usa una lengua neutra, normal, que trata de eliminar los recursos afectivos e imaginativos (exclamaciones, comparaciones, metáforas). Además, a veces intervienen en el texto informativo voces técnicas (del lenguaje de la ciencia: electroencefalograma, fisión nuclear, del mundo del comercio y la empresa: organigramas ejecutivos, réditos, del campo de la lingüística: estructuralismo, morfema. (ibid).
Al texto literario lo caracteriza por estar “constituido con la intención de producir un placer estético” (p. 36) y porque en él aparecen elementos expresivos e imaginativos (ibid).
No queda claro el criterio de selección de los géneros literarios utilizados para el análisis en los distintos capítulos, puesto que, si bien se toma fragmentos de poesía, narrativa y teatro, asimismo se incluye una carta comercial (p. 139), junto a un cuadro en el que se clasifica al género.
Finalmente, se arma una tipología de “representación visuales”, en el que se dividen las obras en figurativas y no figurativas. Aquellas, son las que reproducen objetos, “formas que se pueden reconocer como existentes en la realidad…” (p.150) mientras que a esta última la caracteriza porque no se reconocen “objetos que puedan aparecer en la realidad”.

3.1.2. Cuaderno de la lengua 1
El manual Cuaderno de la lengua I. Teoría, práctica y antología para un aprendizaje integral del castellano fue editado por primera vez en el año 1976 y la segunda, en 1979 (en la que sólo se agrega una antología) por la editorial Estrada.
Se presenta en el prólogo como “un desarrollo teórico-práctico de las nociones gramaticales exigidas por el programa oficial” y menciona además el uso de los textos literarios “como motivadores de la práctica de la composición y en la aplicación de las nociones gramaticales”.
Ambas menciones, en síntesis, caracterizan al manual que consta de tres partes: 1) el análisis gramatical, 2) el análisis literario y 3) antología.
La primera parte contiene los siguientes temas: la oración, la estructura de la oración (oraciones unimembres y bimembres), relaciones sintácticas que se establecen en el sujeto y en el predicado (coordinación y subordinación), el sujeto: su articulación, el predicado, el verbo, el sustantivo, fonética y pronunciación, y actitudes oracionales.
Aquí, cada tema es introducido por un apartado de teoría, seguido de ejemplificaciones y de “ejercicios de aplicación”.
La segunda parte consta de los siguientes temas: análisis literario, géneros literarios, análisis del estilo periodístico. Cada tema es introducido por un apartado de teoría, luego se ubican los distintos textos literarios, los cuales ya fueron analizados “literariamente”. Este análisis literario funciona como ejemplo para realizar la “guía para un ejercicio de aplicación”.
La guía consta de A) análisis literario, B) composición y C) aplicación gramatical.
Por último, la tercera parte es una antología de diversos autores latinos. Después, el Apéndice muestra un modelo de narración y uno de descripción.

3.1.2.1. La Lingüística del Texto en el manual
En la primera parte del libro: “El análisis gramatical”, la oración es considerada la mayor unidad de descripción y análisis gramatical. Los primeros “ejercicios de aplicación” gramatical parten de oraciones “sueltas”, luego le sigue la teoría, con fragmentos de textos (todos literarios). Pero el análisis sigue siendo puramente oracional desde la perspectiva de la gramática estructural. También hay consignas donde se pide analizar las oraciones de acuerdo con las actitudes del hablante.
En la segunda parte del manual: “El análisis literario”, se caracterizan a los géneros literarios. El género es definido como “la agrupación de obras literarias que se basa tanto en la forma externa (metro o estructura específicos) como en la interna (actitud, tono, propósito)”; además se dice que diversos géneros pueden llegar a coexistir. Luego se aclara que el término género se utiliza con diversos alcances: retóricos, literarios propiamente dichos, filosóficos, históricos y que, en ocasiones, se refiere a los tres grandes modos de expresión: lo lírico, lo narrativo y lo gramático, y en otros casos designa especies determinadas tales como: epopeya, oda y tragedia. El manual caracteriza al género lírico, al género narrativo (en donde sólo se considera al cuento) y al género dramático. La falta de precisión mencionada más arriba, según la cual se puede denominar género a algo general y particular a la vez, provoca imprecisiones que llevan a la confusión conceptual. Así, por ejemplo, en la misma página se dice que varios son los géneros narrativos: epopeya, novela, relato, cuento, y que se caracterizará al cuento dentro de los géneros narrativos. Es decir que el cuento es género narrativo y, a la vez, el cuento está dentro del género narrativo.
Más adelante se dice que, dentro del género cuento, hay un tipo particular denominado cuento fantástico. También, que las obras fantásticas se dan en la mayor parte de los géneros tradicionales: drama, novela, lírica y poema narrativo.
Por otra parte, en el manual se encuentran sólo dos apartados que se dedican al “estilo periodístico”; en estos básicamente se caracteriza la estructura de la noticia. Esta última no es considerada género ni es incluida en ninguno, por lo tanto se presenta como algo aislado, sin criterio lógico de inclusión.
Es decir que el tratamiento del concepto género no es claro, puesto que se habla de “estilo”, “especies”, “géneros” y “tipo particular” sin establecer distinciones claras.
Aquí los textos también se utilizan solamente para realizar ejercicios gramaticales oracionales y de palabras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario